Las buenas crisis
Reflexiones de una loca que trata de entender su vida.
Sunday, November 27, 2011
Tú me enamoraste a base de mentiras
Buscando algún video interesante en www.ted.com, me topé con el siguiente: Pamela Meyer: Cómo descubrir a un mentiroso. Cosa que me puso a pensar, primero, en las mentiras que digo día a día. Y no son pocas, eh? Que si invento un pretexto porque olvidé mandar algún correo, que si quiero cerrar una venta tengo que prometer entregar cierto día aún sabiendo que me voy a tardar más de lo que dije, que si exagero la nota con algún proveedor para que me entregue más pronto, que si mi hijo quiere ver mucha tele y le digo que está descompuesta... Salen de mi boca sin parar, y lo peor de todo ¡sin pensar!
Pero deja tú las mentiras que les digo a los demás. Las que en realidad me preocupan son las que me digo a mi. Que si dejé las clases de francés porque no tengo tiempo, que si no voy al gimnasio porque no tengo quién me cuide a mi chaparro, etc... Podría pasar horas contándoles historias difíciles de enfrentar. ¡Y no solo eso! Meyer dice que mentir es un acto cooperativo. Así que también están las mentiras que decido "creer" o perpetuar de las que dicen los demás y aquellas que no he identificado, pero que sin querer han moldeado más de lo debido mi destino.
Los dejo para que vean el video y los invito a una pequeñísima reflexión: durante un día, observen cuántas mentiras dicen (el "no tengo cambio" también cuenta). ¿Creen que puedan ir cambiando una a una por la incómoda verdad?
Friday, November 11, 2011
A propósito de Pastorela
Hoy
estrenaron Pastorela en el cine. Ni tarda ni perezosa, cambié mi horario en el
trabajo para poder ir a la 1ª. Función ya que no pude ir a la Première. Aunque
me fascinó, no pienso hacer una reseña acerca de ella porque cualquier cosa que
diga, además de parecer subjetiva (ya que el director es mi primo), ha sido
dicha por muchos y mejor de lo que podría yo hacerlo.
Sin
embargo quiero hablar de la persona atrás de la película. Cuando éramos niños hicimos un viaje juntos a Florida y su personalidad brilló sobre la de todos
los que íbamos. Todo comenzó cuando bajamos del avión y este nene de siete años
se arrodilló en el piso para besarlo y dar gracias por estar de nuevo en tierra
firme. Las risas no se hicieron esperar. Luego, formados en la larga fila para
pasar migración, comenzó a contar chistes y lo que eran tres filas se convirtió
en una bola inmensa que atentamente escuchaba lo que él decía. Así de gracioso
era (y sigue siendo). Auténtico como es, en cada puesto de helados, en lugar de
pedir los sabores que obviamente ofrecían –fresa, vainilla y chocolate–, el pequeño
preguntaba “do you have lemon?” hasta que llegó el día en que bueno, no
encontró nieve de limón, pero sí una limonada. Como era muy flaquito,
tras tirarse en una “tirolesa” para caer a una alberca, no tuvo el impulso
suficiente y se quedó colgando a medio camino, agitando los pies como loco, y
esperando que alguien fuera a su rescate (risas y más risas).
Años
después, cuando su amor por el dibujo y su habilidad para el arte fueron
evidentes, le pedí que hiciera un mural en mi cuarto. Así que llegó el día en
que finalmente me quedé sola en casa y le llamé. Él llegó y comenzó a dibujar.
Edificios, monumentos, ojos, sombras y mucho más pasaron a formar parte de mi
entonces cambiante cuarto. No teníamos un plan definido, pero ese mural fue el
trabajo que él me regalo y que ahora forma parte de mis mejores recuerdos.
Comidas,
navidades, cumpleaños, situaciones buenas, situaciones malas, éxitos y fracasos
transcurrieron después de ese viaje. Y llegó su “titulación”. Toda la familia
asistió a la presentación de su corto, que para tampoco ahondar en el tema, nos
dejó impactados. Un extraordinario trabajo que la gente no se cansaba de ver,
ya que tuvieron que pasarlo más de tres veces para que todos pudieran verlo, y
aún así, había personas sentadas en las escaleras porque no cabíamos todos en
la sala de proyección de su escuela.
Desde
siempre los que hemos estado cerca de él hemos sabido que es especial. Que le
aguardan grandes cosas en la vida. Que su trabajo es solo un reflejo de su
extraordinaria creatividad y que como persona un ejemplo a seguir, ya que en
este país donde hacer cine original es tarea difícil por falta de los apoyos
financieros necesarios, él ha logrado crecer profesionalmente. Qué placer es
verlo no rendirse. Qué placer es conocerlo y todo un honor ser parte de su
familia.
Milo,
te mereces todo el éxito del mundo. Felicidades.
Thursday, November 10, 2011
La mejor terapia
Sigo en
el twitter, además de a mis amigos y numerosos políticos, a una bola de
personas que postean frases célebres de autoconocimiento y superación personal.
Y no que Ashley Judd sea de esas, más bien es cursi y se da un poco golpes de
pecho, sin embargo posteo algo con respecto a la muerte del piloto Dan Wheldon
que me pegó: “Grief is healthy, organic & a process. Time takes time.
Trauma, however: vivid, first-person, feels like real-time over & over.
Intrudes.” El siguiente tweet decía “Highjacks the mind & emotions by
replaying an incident over & over…”. Después de leer esto no me quedó mas que aceptar que
desafortunadamente, tengo varios de esos.
Mis
traumas ocupan la mayor parte de mi tiempo-mente (voy de uno a otro y vuelvo
para ver si tengo ya alguna solución). Efectivamente revivo las situaciones que
los produjeron una y otra vez, imagino cómo debí de haber actuado para evitar
llegar a tan profundo agujero, sin embargo nada cambia en mi situación actual. ¿Patética? Mmmm...
Últimamente
he intentado varias cosas para superarlas, como yoga, meditación, terapia
ocupacional (como podrán constatarlo con la creación de este blog), pensamientos
positivos… ¡Ustedes dirán! Sin
embargo, varios amigos opinan que la mejor prescripción para mi es la terapia psicológica
profesional.
Déjenme
decirles ya que dos veces he pasado por ella, la primera un poco fantochemente porque me la daba el entonces
novio de mi mejor amigo, pero la segunda creo que funcionó mejor. Sin embargo,
lo que realmente me sacó la última vez de tamaña depresión en la que me
encontraba y que día con día me despierta para hacerme ver que las cosas son
mejor de lo que creo: mi hijo.
Y
efectivamente, todo mejora cuando Diego llega hasta mi cama y después de haber
hecho su obligado comentario (“mamá, eche”) me lleva de la mano hasta la
cocina, me recuerda que hay que prender la luz y lo siento en la barra a ver
cómo le preparo el biberón. Durante esos instantes, él apoya su cabeza
somnolienta en mi hombro y me dan unas ganas inmensas de reír de felicidad,
pero no lo hago porque eso solo lo despertaría totalmente y volver a la cama a
dormir con él sería imposible. Nada mejor que un "reality check" como este para darme cuenta de que el mundo no gira alrededor de mi.
Todos
tenemos traumas. Al menos todos los que he conocido. Algunos luchan con ellos
día tras día, otros los rehúyen, y aquellos a los que admiro profundamente son
los que los han enfrentado, han salido victoriosos y se han vuelto personas con
una profunda compasión. Yo pertenezco al primer grupo, y espero con ansias el
día en que logre hacer que mi pasado no forme más parte de mi
presente, el cual es en realidad bastante bueno.
Me
despido diciendo que no, no pienso volver a tomar terapia (por ahora). Pero no por eso quiero
decir que no sigo en la lucha minus
la depresión.
Saturday, November 5, 2011
La poesía le pertenece a aquellos que la necesitan
Hacía ya mucho tiempo que tenía ganas de empezar un blog, pero escupir todas las idioteces que se me ocurren continuamente -aunque sea un desahogo extraordinario- no me parecía de lo más interesante para aquellos que se toparan con mi página. Con el afán de crear algo bueno y divertido, dejé pasar los años en espera de una idea genial, pero ahora veo que si sigo esperando, nunca más voy a escribir. Así que hoy comienzo y bueno, lo primero que haré será explicar el por qué del título de esta nueva aventura.
Originalmente quería que se llamara “el vaso medio lleno” porque
suelo ver la vida más positiva que negativa, sin embargo me topé con el título de “La buena crisis” y aunque no he leído el libro, esta frase habla por sí sola . La buena crisis, creo yo, es esa que nos deja no sólo una marca en el alma sino una enseñanza de cómo vivir mejor: un poco menos traumados, con un camino más definido, con una lección tan profunda que asegura que al menos, si vuelves a tropezar con la misma piedra, sabrás como balancearte para no caer hasta el piso. Así que me doy licencia para tomar prestada esta línea de poesía.
Y tal vez por ver el "vaso medio lleno", parecería que en general no tengo crisis alguna. Pero ya verán. Prepárense para conocer los detalles de esos oscuros rincones de mi mente que día a día me torturan, pero con que con una sonrisa los visito y les digo: "también de ustedes voy a aprender".
Subscribe to:
Comments (Atom)

